martes, 19 de agosto de 2008

El futbol según "Baroli" Mancilla


"Yo le metí un gol al Livingstone" dijo Baroli mientras levantaba su caña de vino en una mesa junto a sus amigos. "Ya empezaste a mentir" dijo uno de sus amigos que pasaba tres noches sin dormir. "Bueno... creanme no mas" replicó Baroli mientras pagaba la cuenta para ir a cerrar su taller mecánico y luego partir al cuartel de bomberos.
Lo cierto que desde esa vez nadie sabe si realmente ocurrió ese gol, mucha gente después me comentaba que era cierto, que mi abuelo había encajado un golazo de "palomita" al mítico arquero de los 50's en una gira por Chiloé con el club Universidad Católica. Otros dicen que fue una de sus tantas historias de bar, una de sus tantas hazañas que leyó en el periódico o que se le ocurrió mientras dormía. Pero lo dijo Baroli... y Baroli si que sabía.
Cantaba tangos a media luz, gustaba de los asados con los amigos y además posaba para las fotos con disfrazes que solo él entendía. Era un enamorado de las lindas mujeres y siempre les dedicaba lindas frases y se mostraba caballero pese a estar casado. Además aprendió alemán para entender los manuales de su Bomba Ford-A y tenía la manía de desaparecer de Castro magicamente y aparecer en Valparaíso cantando boleros con sus compinches de bohemia.
Jamas olvidaré ese acto: mi abuela Dina preparando el almuerzo, pelando papas o moliendo ají y Baroli por detrás molestandola cariñosamente, haciendole cosquillas, cantándole al oído una canción de Lara. Mientras él hacía eso, Dina se enojaba y gritaba "ya pues viejo, déjeme de molestar... vaya a trabajar"...
Pero Baroli sabía de fútbol tanto como sabía de motores y tuercas. Fue entrenador de un club y nadie entendió su 3-4-3 que ahora usa Bielsa en la seleccion nacional. Nadie lo escuchó cuando dijo "la pelota es la que corre" y sus jugadores solo corrían detrás de la esférica como el perro que corre detrás de un gato.
Pero jamas se rindió y siempre estuvo en una galería mirando a la selección de Castro o escuchando el partido de Colo Colo con Magallanes. Incluso ese día en que uno de sus hijos debutaba como arquero en el Estrella del Sur de Castro. Como todo padre "chocho" se fue a sentar en primera fila junto a uno de sus amigos de bohemia que, al igual que Baroli, iba a ver a su hijo que jugaría como Stopper en el club de la Estrella. Ambos estaban felices.
El arbitro da la orden de que el juego empiece y los jugadores de Estrella del Sur empiezan a tocar la pelota. Hasta que le llega al hijo del amigo de Baroli, este se ve presionado por un delantero rival y no tiene otra idea que pasársela a su portero que era el hijo al cual Baroli fue a ver. Asi que el jugador se la toca al arquero Mancilla y a este se le pasa por las piernas y es autogol.
"Pucha que son malos nuestros hijos... que tal si vamos a tomar un vinito al bar?" dijo Baroli quien junto a su amigo decidieron ir a contar fantasías de fútbol al garito de la esquina y dejar que sus hijos sueñen con llegar algún día a la Universidad o hacer el servicio militar porque para el futbol no había muchas esperanzas.
Esa mañana del 12 de enero de 1993 Baroli no despertó... pero amaneció sonriendo con los ojos cerrados. Yo creo que Gardel lo había invitado a un concierto en el cielo...

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